lunes, 8 de febrero de 2010

Huida

Déjalo, le decían. Abandónalo antes de que sea tarde. Escapa ahora que aún puedes. Pero ella, medio llorosa, medio risueña, medio encogida, medio orgullosa, decía que no, que ella no tenía que escapar de nada. Que sí, que él era muy bruto a veces, pero tienes que ver cómo se arrepiente luego, cómo llora, cómo me pide perdón. Él me ama, en serio, sin mí estaría perdido como un cachorrillo. Intenta controlarse, decía, mi amor hará que cambie. Ya lo verás, lo veréis todos.



Déjalo ya, le apremiaban. Abandónalo. Denúncialo antes de que sea tarde. Hazlo o lo haré yo, le suplicaban. Pero ella, asustada, abrazada a sí misma, decía que no, que ahora no. Que escaparía pero no ahora, más adelante, quizás; pero ahora no, no, él la mataría, se llevaría a los niños, nadie iba a creerla a ella. Él es importante, él es simpático, él es amable con todo el mundo. ¿No lo entiendes? Él es y yo, sencillamente, no soy. Prometía denunciar, lo haría, sí, pero no ahora, ahora no, dentro de un tiempo. Quizás se calme un poco, quizás se canse, quizás...




Debo dejarlo, se dijo. Ahora. Debo escapar. ya. Debo abandonarlo o será demasiado tarde. No, no será, ya es demasiado tarde. Debo huir. Debo huir. Eso era lo único que podía pensar mientras los golpes caían sobre ella. Debo huir, debo huir. Por encima del dolor. Por encima del miedo. Debo huir. Debo huir.


No sabía dónde pero huir. Huir. Huir. Huir...




Y corrió. Y corrió. Y encontró una puerta. Y la atravesó. Y la cerró tras ella.


Dejó de oír sus gritos, sus insultos, sus maldiciones. Dejó de sentir sus golpes, sus desprecios, su ira. Dejó de sentir miedo. Dejó de estar triste. Por vez primera en años se sintió en paz.


Los médicos no saben cuando saldrá de su estado de estupor.


Si pudieran preguntarle a ella y si ella pudiera responder, averiguarían que a ella no le importa estar donde está. Hacía muchos años que no se sentía tan a salvo.







Para compensar este relato tan "dramático" un vídeo de una de mis películas favoritas "Hairspray", con una de mis canciones favoritas. Si la escuchas y no te dan ganas de sonreír y de bailar... es que debes estar muy mal ;)



14 comentarios:

  1. Fantástica mezcla de sentimientos me has causado. El texto...durísimo y lamentablemente real...el video...simplemente GENIAL. Besos

    ResponderEliminar
  2. Estoy estremecida y conmovida hoy con tu relato. Es un tema candente como todos sabemos y nos has puesto en la situación del drama.
    No es cuestión de tomárselo a la ligera y está muy bien que lo hayas puesto, para concienciarnos más ante el drama de demasiadas mujeres, si es que no lo estábamos.
    Comprendo que al final pongas un vídeo para quitarle hierro al asunto. Pero desde mi punto de vista no lo necesita. Más bien le sobra, para no distraer de la emoción y el estado de ánimo que nos has producido.
    El Arte tiene que transmitir emmociones.
    Y lo has conseguido esta vez de una manera más que no table.
    TQN

    ResponderEliminar
  3. Tu relato, crudo, que esta vez no suena a cuento sino a la vida misma, no nos deja impasibles.

    Muy bien contado.
    Besitos.

    ResponderEliminar
  4. "Él es y yo, sencillamente, no soy". Esa frase (buenísima y terrible) expresa certeramente el estado (o no estado) al que llega una mujer maltratada y que, en gran medida, le impide reaccionar contra el maltrato. Los golpes no sólo la agreden físicamente, sino que la van despojando de su propio ser (al menos así lo van creyendo). Imagino que en esa perversión inhumana caen ambos, maltratador y maltratada, para justificarse, desde posiciones radicalmente asimétricas, el merecimiento del maltrato. Deshumanizar (cosificar) a la víctima, algo que ya hacían los torturadores nazis y que desde siempre lo ha hecho esta especie a la que tildamos de sapiens. Porque, ¿cómo podríamos maltratar a quien es como nosotros somos? Fantástico texto. Un beso.

    ResponderEliminar
  5. Por suerte a veces sí hay donde huir. Las religiosas redentoristas llevan siglos recogiendo a estas mujeres. Un beso.

    ResponderEliminar
  6. Un relato triste pero real. A saber cuántas personas habrá ahora mismo en esa misma situación...

    Besos

    ResponderEliminar
  7. Dramático, sí... Pero necesario...

    ResponderEliminar
  8. Nanny, un relato crudo pero tan real que duele.

    el vídeo, muy bonito es verdad, no lo conocía y me ha gustado mucho.

    Besicos muchos.

    ResponderEliminar
  9. Perfecto retrato de la violencia de género, del maltratador enajenado y de la víctima vencida por el desamparo.

    Cruél...

    Un gran abrazo.

    ResponderEliminar
  10. Lo que hace triste este relato es lo real que es, y no solo de un lado del mundo , sino en todos…pero anda que lo has compensado genial…abrazos!!!

    ResponderEliminar
  11. Dramático si...pero tristemente muy real. Y más triste es que aún no esté pasado de moda.

    ResponderEliminar
  12. Me quedo sin palabas... Estas cosas no deberían pasar, pero por desgracia pasan.

    Un besitooo

    PD: Vi hace poco tiempo Hairspary y me encantó... es la positividad hecha película!!

    ResponderEliminar
  13. Es un relato tan real y frecuente, que sucede en todos lados del mundo. Mientras te leía, me recordaba a mi hermana. Si bien es cierto, mi cuñado no es santo de mi devoción. Pero su matrimonio está en etapa que describes aquí.

    Para mi existen diversas formas de "amar", esta no es la mejor. Todos lo sabemos, pero si nos enfrentamos a una situación como esas, podemos comprender que el "amor" también es ciego. Como decía un amigo de aquellos, el "amor" te hace perder la dignidad. Termina con la persona que eres tu. El tema es, volver a comenzar de nuevo y descubrir que pese a lo mal, hay un mundo para tí. Por descubrir.

    Un abrazo, gigante!!

    ResponderEliminar

Yo ya he hablado demasiado, ahora te toca a ti...

Karma

  El viejo monje observaba la delicada mariposa posada en su dedo. ‒Una vez fui como tú -le dijo-, y una vez tú fuiste como yo. Lo recuerdo ...